martes, 17 de enero de 2012

Impuesto Inmobiliario: ¿reformas?

Al iniciar este año, 2012, en los medios de comunicación se ha estado tratando el tema, que en puridad se centra en un proyecto de ley, presentado al Congreso Nacional, para la reforma del actual sistema impositivo, en especial, el atinente al Impuesto Inmobiliario. 

Según las críticas a la institución gubernamental encargada, el Servicio Nacional de Catastro (SNC), la misma no ha podido llevar una correcta determinación de los valores fiscales de los inmuebles -en especial en el área rural, dicen-, y por tanto, no existe ni por aproximación un acercamiento entre el valor real de la tierra, y el valor fiscal, pagándose los impuestos por éste último, y en tal sentido, sumas irrisorias.

El proyecto pretende colocar a los municipios como actores principales de la regulación y determinación, lo que efectivamente comprende el interés de las mismas, y en tal sentido, evaluar adecuadamente si el valor de la tierra tendría incrementos, y de ser así, a cuánto los mismos ascenderían, si bien, también se rescató la posibilidad que en los municipios tal control no sea mejor que el que hasta ahora se realiza. 

Desde nuestra opinión, es necesario que cada municipio determine el valor fiscal de las tierras que comprende, pues ello significará una determinación categorizada del valor de las mismas. Por citar, en la ciudad de Encarnación, a estas alturas, el pago del impuesto inmobiliario debe ser bastante alto, pues la ciudad se ha transformado extraordinariamente, lo que hace necesario contar con más recursos económicos, y a la vez, jerarquizar el municipio. 

Sin embargo, los municipios limítrofes, no pueden tener el mismo valor fiscal. Debe -necesariamente- ser menor. Con ello, se reestructura al división demográfica, y se permite equidad en el cobro de los impuestos. En pocas palabras, el que quiera vivir en la ciudad de Encarnación, debe pagar un poco más que el que vive en un distrito aledaño. 

También de ese modo se eliminarán las cantidades de terrenos baldíos, pues los impuestos obligarán a sus propietarios (por ejemplo para aquel que tiene cinco (5) baldíos) a vender uno (1) por lo menos. 

Y finalmente, para la mejor distribución de la tierra, en el sentido de aquellos latifundios, permitiendo a los municipios percibir mejores réditos de la explotación de dichas tierras. 

Es tiempo también que este país sea serio. Es tiempo, que nosotros seamos responsables, y más serios. Debemos pagar nuestros impuestos, y éstos, deben ser equitativos, acordes a nuestra realidad. 

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